Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

Biografías

Hamaika Bide parte en sus trabajos de unos planteamientos al margen de partidos políticos o de encasillamientos ideológicos. De esta manera aborda el estudio de exiliados y exiliadas de cualquier condición o posicionamiento político entendiendo que todos ellos han realizado una aportación valiosa a la cultura del pueblo vasco. Por lo tanto en esta sección se irán intergrando biografías de personalidades vascas sin más nexo entre sí que el haber compartido un destino común: el exilio.

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Oar-Arteta Undabeitia, José Antonio

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Lugar de nacimiento: Ajangiz (Bizkaia).
Fecha de nacimiento: 18-II-1900.
Lugar de defunción: Gernika.
Fecha de defunción: 28-XII-1978.
Estudios: Licenciado en Teología.
Profesión preferente: Sacerdote.
Actividades culturales: Escritor.
Exilio: 1937 – 1947.
Lugares y fechas del exilio:
Francia: 1937
Bélgica: 1937 – 1939
Francia: 1939-1940
Ziburu (Lapurdi): 1940 – 1947.

Biografía
José Antonio Oar-Arteta nació en Ajangiz, Bizkaia, localidad que hoy pertenece a Gernika, el 18 de febrero de 1900, en el caserío Uriarte-aurrekoa del barrio de Kanpantxu. Era el quinto de ocho hijos de los cuales tres entraron en el sacerdocio. Su infancia fue la propia del mundo campesino vizcaíno, en el seno de una familia tradicionalista y católica, que abrazó pronto la ideología nacionalista en sustitución del carlismo. Fue en Lekeitio donde pudo estudiar Humanidades, de donde fue al Seminario de Gasteiz. La última parte de sus estudios los desarrolló en Burgos, licenciándose en Teología. El 26 de mayo de 1923 es consagrado sacerdote en Gasteiz. A continuación, es llamado a filas en Gasteiz y Algeciras. El uno de octubre de 1923 es destinado como sacerdote a Letona (Araba) y en 1924 a Larrauri (Bizkaia) como coadjutor. Tres años más es enviado a Ibarrangelu (Bizkaia). En esta última localidad fue denunciado por sus ideas políticas y enviado por ello a Mallabia el 11 de agosto de 1930. Posteriormente fue trasladado a Markina donde le sorprendió el golpe franquista que le obligará a ir primero a Bilbao de donde se dirigirá a Santoña y, finalmente, al exilio en Francia. De Francia fue a Bélgica en donde desempeño labores en diferentes parroquias, colaborando entre otras actividades en la ayuda a los niños vascos; con el avance alemán volvió de nuevo a Francia, estableciéndose en Ziburu (Lapurdi) como coadjutor en 1940, localidad donde permaneció hasta 1947, año en el que pudo volver a la península, si bien y había cruzado las frontera clandestinamente a fin de visitar a su madre y su familia. Durante su permanencia en Ziburu siguió colaborando en la enseñanza a los niños evacuados y también realizó algunas traducciones del francés al euskara. Durante los años de exilio se relacionó con otros refugiados como Segundo Olaeta, Isidoro de Fagoaga, Cástor de Uriarte, los Onaindia, José Miguel Barandiarán…

De nuevo en España, fue destinado, en 1949, a Lemoiz (Bizkaia) como coadjutor, mientras fijaba su residencia en Armintza.

Obra
-Zaar-barri, colección Sutondoan, Labayru Ikastegia-Bilbao-Bizkaia Kutxa, Bilbao, 1991, 242 pp.

Bibliografía
-ARANA MARTIJA, José Antonio: “José Antonio Oararteta Undabeitia”, Euskera, XXIV, Donostia, 1979, pp.419-421.
-OAR-ARTETA, Segundo: “Osaba Jose Antonio nire gogoan”, Zaar-barri, colección Sutondoan, Labayru Ikastegia-Bilbao-Bizkaia Kutxa, Bilbao, 1991, pp-7-37.
-ONAINDIA, Santiago: Euskal Literatura V, Etor, Bilbao, 1977, pp.88-90 y 154-157

José Ramón ZABALA

Olarte Sáz, Teodoro

Fotografía de Teodoro Olarte Sáz
(Amárita, 1908 – San José, 1980)

Estudios: Doctor en Filosofía

Profesión preferente: ensayista y profesor universitario

Actividades culturales: ensayista, periodista y profesor universitario.

Exilio: 1936-1980.

Lugares y Fechas de Exilio:

Estados Unidos: 1936-1940

Costa Rica: 1939: 1940-1980

Teodoro Olarte Sáez del Castillo nació en Amárita el 20 de abril de 1908. Era el hijo mayor de una numerosa familia de catorce hermanos. Pertenecía a una familia de labradores de posición acomodada. Feliciano Olarte, padre del futuro filósofo, era un genuino representante del mundo alavés. Hombre culto, que había estudiado durante años en el Seminario Diocesano de Vitoria, de ideología nacionalista, fue concejal del Ayuntamiento de la capital alavesa durante los años de la República. Tras la Guerra Civil, fue expedientado y desterrado por sus ideas políticas. Era, como su esposa Sofía Sáez del Castillo, de profundas convicciones religiosas.

Teodoro Olarte realizó sus primeros estudios en la cercana localidad de Arroyabe. Cuando a los diez años tenía que dar el paso hacia los estudios superiores que se impartían en Vitoria, Teodoro ingresó en la familia franciscana de Arantzazu. La opción por la vida sacerdotal parece que tuvo que ser una cuestión deseada más por los padres que por el niño. En septiembre de 1919 ingresaba en el monasterio franciscano.

La primera etapa de la vida conventual la conformaban los estudios de humanidades o estudios latinos. Eran cinco años de estudio y de oración. La vida del novicio era dura y sacrificada bajo una disciplina muy rigurosa. Desde el primer año, Teodoro se distinguió por su inteligencia y por su despierto ingenio. Durante el año de 1923-24 cursó el noviciado en Zarauz, tiempo dedicado plenamente a la vida espiritual. Teodoro Olarte permaneció en Arantzazu hasta 1931, año de su ordenación sacerdotal. Durante este tiempo, entre sus compañeros, ganó fama de buen estudiante, de persona de gran inteligencia y de excelente compañero.

Con veintitrés años, en 1931, se ordenó sacerdote. Su primera misa solemne la celebró en la parroquia de su localidad natal. Su primer destino fue el pueblo navarro de Olite. Allí estuvo hasta 1936. A mediados de ese mismo año, se encuentra en Coyoacán, México, desde donde marcha al poco tiempo a los Estados Unidos. Su primer destino fue Paterson, en el estado norteamericano de New Jersey, para pasar a continuación a las misiones franciscanas de San Francisco en el estado de California.

Aunque no se pueda asegurar, parece que, cuando se trasladó a América, el joven franciscano ya arrastraba un serio problema de vocación. Después de varios años de dura lucha interior, decidió por el abandono de la vida sacerdotal. El retorno al hogar y a su tierra era imposible. ¿Qué hubiera significado en la España de finales de 1939 la presencia de un sacerdote que había abandonado los hábitos religiosos? Su destino tenía que ser otro. Por referencias de amigos cercanos, se sabe que en un principio su idea era integrarse al equipo de trabajo del navarro Juan David García Bacca y del donostiarra Eugenio Imaz en el proyecto de creación de la Facultad de Filosofía y Letras de Caracas. Sin embargo, la amistad que mantuvo con el cónsul costarricense en La Habana (lugar al que fue en varios ocasiones durante su estancia en Estados Unidos), Lara Bustamante, hizo que cambiara a última hora de planes. Los elogios del pequeño país centroamericano y las muchas posibilidades de trabajo cautivaron a Olarte. Atraído por Costa Rica, abandonó la idea de Caracas y se dirigió a San José, capital de la república costarricense. Pisó por primera vez tierra de Costa Rica el 16 de febrero de 1940. Llegó a su nuevo destino con cuarenta dólares en el bolsillo. Así daba comienzo a sus nuevos proyectos de vida y de profesión. Teodoro Olarte no es un típico ejemplo del exilio político, pero nadie puede negar la realidad de un exilio de carácter ideológico y espiritual.

Teodoro Olarte era un intelectual con una excelente preparación en disciplinas humanísticas. Lo que podía ofrecer era precisamente sus conocimientos. Al poco tiempo de su llegada estaba trabajando en diferentes colegios de la capital. Desde el primer momento, fue muy solicitado como profesor de latín, griego, filosofía, psicología, lengua, etc. Su vida durante los primeros años, fue un continuo caminar de un colegio a otro para impartir las disciplinas para las que había sido contratado. Teodoro Olarte tenía claro que la enseñanza secundaria no era su meta, sino simplemente una etapa de su camino. Sus miras estaban puestas en la Universidad. Como los estudios eclesiásticos no tenían validez civil, para obtener el grado de universitario tuvo que realizar los estudios necesarios hasta llegar a defender su tesis de licenciatura con el trabajo Alfonso de Castro (1495-1558. Su vida, su tiempo y sus ideas filosóficas-jurídicas. En 1945 obtuvo la tesis de licenciatura y en 1946 la Universidad Nacional de Costa Rica publicó su tesina en formato de libro. 

En esta época, 1946, Teodoro conoció a una joven costarricense de origen siciliano de nombre Graciela Palatino. Teodoro era un hombre atractivo, de complexión atlética, rubio y de tez blanca. Tenía las cualidades físicas como para no pasar desapercibido entre las jóvenes del lugar. Graciela era, por su parte, una joven de indiscutible atractivo, de gran simpatía y de tremenda jovialidad. Teodoro, por temperamento y por educación, era muy poco dado a requiebros amorosos. Es de suponer que Graciela tomara la iniciativa de una amistad que terminaría en amor y en matrimonio. Teodoro y Graciela se casaron por lo civil en 1949. De esta unión nacieron sus dos hijos: Jaime Adolfo (1950) y Jorge Arturo (1954). Esta situación de unión civil duró hasta el año 1965, año en que recibió de Roma la dispensa de todas sus responsabilidades sacerdotales.

La primera actividad como profesor universitario fue en el curso 1947-48, cuando fue invitado por las autoridades académicas  a impartir un curso de psicología en la Facultad de Ciencias y Letras. Los resultados tuvieron que ser altamente satisfactorios, porque el curso de psicología siguió vigente durante los siguientes años. Teodoro Olarte había dado el paso definitivo a la Universidad. Esta situación le obligaba a simultanear la vida universitaria con la labor docente en diferentes colegios de la ciudad. Fueron años muy duros, de mucho trabajo, pero de interesantes expectativas. En el curso 1953-53 dio un paso adelante en el proceso de plena integración en la vida universitaria. A la asignatura de psicología añadió las disciplinas de Gramática Castellana y de Latín.

Por esa época, se lanzó a la aventura de editar una revista de corte cultural y filosófico: Idearium. Fue una revista de vida corta pero de hondas influencias. El primer número apareció en abril de 1951 y el último en 1952. Fueron unos pocos números que calaron profundamente en los ambientes culturales de Costa Rica. Idearium junto a Revista de la Universidad de Costa Rica y a la Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, revistas en las que colaboró activamente nuestro profesor, formó parte del triunvirato más importante de las publicaciones científicas y culturales de Costa Rica.

En 1956, Teodoro suscribió un contrato laboral con la universidad de Costa Rica a tiempo completo. Era un paso importante y muy deseado, ya que le permitía centrar todos sus esfuerzos en la docencia y en la investigación. Por otra parte, abandonó sus disciplinas habituales de psicología, latín y gramática castellana para centrarse en lo que a él más le motivaba: la filosofía. A partir de 1960, ya con categoría de catedrático, se hizo cargo de las disciplinas de Filosofía del Lenguaje y de Filosofía de la Cultura y a partir de 1962 añadió a su haber la asignatura de Antropología Filosófica.

En 1958 fue nombrado Director del Departamento de Filosofía. A partir de ese momento los cargos y los reconocimientos se suceden y se multiplican. Fue nombrado Vice-Presidente de la Asociación Costarricense de Filosofía, Decano suplente de la Facultad de Ciencias y Letras (1963), Vicedecano y Decano (1964 y ss.). Su presencia era continua en la prensa costarricense, Doctor Honoris Causa por su propia universidad (1973) a petición del claustro de profesores.

Para tener una idea objetiva y clara de su actividad universitaria, hay que añadir a la sorprendente labor académica y de gestión, sus dedicaciones como conferenciante, articulista e investigador filosófico. Destacó en muchos campos y tuvo presencia en muchos foros de opinión tanto orales como escritos. Lo más destacable son sus libros de filosofía y sus artículos de opinión. Fue reconocido y admirado por alumnos y allegados como una excelente persona, como un brillante profesor y como un entrañable compañero.

El tiempo pasaba. El joven que llegaba a San José en 1940 con un mundo entero de ilusiones y de proyectos, sin darse cuenta había alcanzado la edad de la jubilación. En 1977 cumplía los setenta años y llegaba el momento de despedirse de la que había sido durante casi cuarenta años una de las razones fundamentales de su vida: la universidad con su actividad docente. Era un hombre ya cansado y un tanto decrépito, marcado por las huellas de la enfermedad. El 1 de mayo de 1978 cesaba en todas sus funciones. La jubilación le había llegado de manera inexorable. Su nombramiento como Profesor Emérito  tuvo que dulcificar su situación, pero no la solucionó. A partir de 1975 empezó a padecer deficiencias coronarias. El corazón daba muestras inequívocas de una seria disfunción. Como consecuencia, le tuvieron que colocar un marcapaso. Su organismo lo rechazó. El deterioro físico y las complicaciones fueron en aumento. Teodoro Olarte moría en la madrugada del 18 de mayo de 1980, a la edad de setenta y tres años.

Teodoro Olarte pertenece al grupo de filósofos vascos que asumieron el exilio como forma de vida y como estrategia para desarrollar una vocación universitaria en espacios de libertad y de entrega. Optó voluntariamente por América, transformando los países de acogida en tierra de asilo y en lugar de entregas. Quiso pagar con su trabajo lo que éstos tan generosamente le habían ofrecido: vida y oportunidades. El País Vasco fue su país de origen y Costa Rica su tierra de adopción y de vida. Teodoro Olarte amó profundamente sus dos tierras o sus dos patrias, porque las dos habían conformado partes substanciales de su ser y de su existencia.

 

Bibliografía selecta de Teodoro Olarte.

Alfonso de Castro (1495-1558). Su vida, su tiempo y sus ideas filosóficas-jurídicas.

San José (Costa Rica): Universidad Nacional de Costa Rica, 1946.

Filosofía actual y humanismo. San José: Editorial Costa Rica, 1966.

El ser y el hombre. San José: Editorial Fernández Arce, 1974.

Olarte, Láscaris y la filosofía latinoamericana (Introducción y selección de Guillermo Malavassi). San José: Editorial Universidad de Costa Rica, 1980, pags. 15-70.

Antropología filosófica y cultura personal (Prólogo, selección y edición J. A. Ascunce, A. Jiménez y M. L. San Miguel). Vitoria: Editorial del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, 2008.

“Variaciones filosóficas sobre don Quijote”, Revista Universidad de Costa Rica, nº 3, San José, 1948, págs. 204-212.

“El universo según Pierre Teilhard de Chardin”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol 1, nº 2, San José, julio-diciembre de 1957, págs. 137-148.

“Actitud filosófica del Dr. Marcelino Menéndez y Pelayo”, Revista de la Universidad de Costa Rica, nº 15, 1957, págs. 16-38.

“Panorama de la Filosofía Hispanoamericana del Silo XX”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol 1, nº 3, San José, enero-junio de 1958, págs. 207-221.

“En torno a la filosofía americana”, Actas del XXIII Congreso Internacional de Americanistas. San José: Imprenta Nacional, 1959, págs. 17-22.

“La filosofía tradicional y el evolucionismo”, Revista de la Universidad de Costa Rica, nº 19, San José, 1959, págs. 5-16.

“La vida filosófica en la Universidad de Costa Rica”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. 3, nº 11, San José, enero-junio de 1962, págs. 305-328.

“Alejandro Korn ante el problema de la metafísica”, Estudios sobre Alejandro Korn. Buenos Aires: Universidad Nacional de La Plata, 1963, págs. 77-97.

“La función de la Filosofía en la universidad”, Actas del II Congreso Extraordinario Interamericano de Filosofía, Revista de la Universidad de Costa Rica, San José, 1965, págs. 5-16.

“La función de la filosofía en la formación de la cultura personal”, CráteraPublicación del Ateneo Universitario, Universidad de Costa Rica, Vol. 1, nº 1, San José, 1965, págs. 5-16.

 

Bibliografía selecta sobre Teodoro Olarte.

Zeledón Cambronero, Manuel: “Olarte, Teodoro: La filosfía tradicional y el evolucionismo”, Revista de la Universidad de Costa Rica, nº 19, San José, 1959, págs. 5-16.

Láscaris, Constantino: “Siglo XX: Teodoro Olarte”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. 3, nº 11, San José, enero-junio de 1962, págs. 279-283.

Láscaris, Constantino: Desarrollo de las ideas filosóficas en Costa Rica. San José: Editorial Costa Rica, 1964, págs. 400-408.

Pacheco, Francisco Antonio: El pensamiento de Teodoro Olarte a través de sus escritos. San José: Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1965.

Abellán, José Luis: “Filosofía española en América”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. VIII, nº 27, San José, 1970, págs. 294-86.

Herra, Rafael: “Teodoro Olarte”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. 13, nº 37, San José, 1975, págs. 169-184.

Camacho, Luis: “El ser y el hombre: la metafísica al acecho”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. XIII, nº 37, San José, 1975, págs. 185-194.

Gallardo, Helio: “Teodoro Olarte: filósofo”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. XIII, nº 37, San José, 1975, págs. 195-210.

Bolaños, Manuel Antonio: “Bibliografía de Teodoro Olarte”, Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, Vol. XIII, nº 37, San José, 1975, págs. 214-221.

Malavassi, Guillermo: Olarte, Láscaris y la filosofía latinoamericana. San José: Editorial Universidad de Costa Rica, 1980, págs. 17-70.

Jiménez Matarrita, Alexander: “Exilio filosófico español en Costa Rica: Teodoro Olarte, Constantino Láscaris y Francisco Álvarez”. El exilio cultural de la Guerra Civil: 1936-1939 (Edits. José María Ballcels y José Antonio Pérez Bowie). Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2001, págs. 111-118.

San Miguel M.L, Ascunce, J. A., Jiménez, A, y.: “Vida, obra y pensamiento de un filósofo: Teodoro Olarte”, Teodoro Olarte: Antropología Filosófica y Cultura personal. Vitoria: Editorial del Ayuntamiento de Vitoria.Gasteiz, 2008, págs. 7-104.

 

Autora:María Luisa San Miguel

Oñatibia, Yon

Fotografía de Yon Oñatibia

OÑATIBIA AUDELA, Yon (1911-1979) Escritor, editor, músico, coreógrafo, pedagogo, la figura de Yon Oñatibia es una de las más complejas y polifacéticas del exilio vasco, al tiempo de ser una de las más polémicas por sus posicionamientos ideológicos y por su activismo político.

Nacido en Oiartzun (Gipuzkoa) el 24 de noviembre de 1911, era el mayor de una familia numerosa de diez hermanos. Desde muy joven se sintió atraído por la música, preferentemente por el txistu. A los ocho años aprendió solfeo y se inició en el canto. Para realizar el bachillerato debió trasladarse a Bergara donde prosiguió sus estudios de música y se inició en el piano. En 1928 se trasladó a Valladolid para estudiar Derecho, estudios que finalizó en Zaragoza; en esta ciudad creó con sus hermanos y con la colaboración de los hermanos Estornés Lasa, un grupo musical que se denominaba “Eusko Ikasleak” (Estudiantes vascos) el cual se movió preferentemente por la Ribera navarra,. Finalizados los estudios, Yon Oñatibia volvió a su localidad natal en 1934. Hasta el comienzo de la guerra fue uno de los dinamizadores del Batzoki (centro nacionalista) de Oiartzun. En esos mismos años dirigió un pequeño grupo de teatro cuya representación más conocida fue Eun dukat, escrita por Manuel Lekuona en colaboración con su hermano Martín. Esta obra recibió el primer premio Donostia en 1935.

Con el comienzo de la guerra civil Yon huyó con su hermano Joxe a Hendaia y de allí a París. En la capital francesa impulsó una coral y un grupo de danzas que luego sería conocido como Eresoinka. Eresoinka, patrocinado por el primer Gobierno Vasco, cosechó numerosos triunfos en buena parte de Europa a lo largo de sus tres años de vida; dentro del grupo Oñatibia era el txistu mayor. En 1941 embarcó en Burdeos, en el barco La Salle, con dirección a América, desembarcando en Santo Domingo y de allí, posteriormente, se dirigió a Venezuela, donde se había refugiado su hermano Joxe.

En Caracas, abandonó por completo el mundo del Derecho para volcarse en la música. Se matriculó en el Conservatorio Superior de Caracas al tiempo que organizaba grupos de baile, impartía clases de euskara y creaba un grupo de txistularis en la Euskal Etxea de Caracas. También creó el coro Pizkunde. En 1946 inicia la edición de una publicación íntegramente escrita en euskara, Argia. Euskaldunak Euskeraz (La Luz. Los Vascos en Lengua Vasca), la primera del exilio en este idioma. Argia siguió a su creador en su periplo americano, pasando a editarse en Nueva York en agosto de ese mismo año; la revista aparecerá hasta noviembre de 1948, dieciocho números en total, en su mayor parte redactados por el propio Oñatibia, con textos tomados en muchas ocasiones de otras publicaciones del exilio. La razón del traslado a Estados Unidos se justificó, en palabras del propio autor, en su deseo de profundizar en sus estudios musicales.

Los primeros años en Estados Unidos no fueron fáciles para Oñatibia ya que necesitaba trabajo y dinero que le posibilitara acceder al New York College of Music. Superados los obstáculos, pudo estudiar órgano, composición y dirección en el citado College. A medida que fue asentándose en su nuevo destino impulsó la idea de crear un espectáculo folklórico-musical que diera a conocer en Norteamérica la cultura vasca. Así surgió “Euzkadi”, montaje en el que confluían los instrumentos autóctonos, los bailes populares, la música y la coreografía. El éxito de la representación fue muy grande y con ella recorrió numerosos estados del país. En 1954 editó un disco con la compañía Folkways and Songs, con melodías tomadas del citado espectáculo: The Basques. Euzkadi!. Songs and dances of the basques.

En 1956, tras el asesinato de Jesús de Galíndez, Oñatibia fue nombrado por el lehendakari Aguirre Delegado del Gobierno Vasco en Nueva York, tarea que desempeño hasta 1963. En ese año, Oñatibia regresó al País Vasco, estableciéndose en Oiartzun. A su retorno, profundamente preocupado por la situación de grave retroceso en que se encontraba la lengua vasca, se implicó por completo en su divulgación y en la creación de nuevos métodos de enseñanza, utilizando para ello nuevos soportes como la radio o la prensa diaria. Asimismo, colaboró con las Universidades de Reno y Boise en los cursos organizados en Oñati (Gipuzkoa). Fruto de todos estos trabajos fue un intento de unificación del euskera que era crítico con el propuesto por la Academia de la Lengua Vasca, a pesar de que desde 1966 era miembro de dicha institución. Hay que destacar que las distintas publicaciones a las que fue dando cuerpo Yon Oñatibia en el País Vasco se fueron publicando en una editorial, Edili, creada por él mismo en Donostia. En ella aparecieron, juntos a distintos métodos de aprendizaje del idioma, cuentos infantiles, métodos de solfeo dirigidos a la infancia, cancioneros populares… También en Oiartzun creó el coro Lartaun.

En el terreno musical Oñatibia compuso alrededor de quinientas obras polifónicas, religiosas, folklóricas… En esta línea creó un sello musical, Usandizaga, donde publicó una Antología de la música coral vasca.

El 30 de junio de 1979, Oñatibia sufrió un grave accidente de tráfico en el que perdió la vida. A su muerte se publicaron sus memorias, Neke eta Poz (1983), y fue nombrado en 1993 Doctor por la Universidad de la Sorbona por su tesis doctoral Análisis morfológico del euskera. Estructuras generales de la lengua. Otros proyectos que tenía en preparación en el momento de su muerte alcanzaron un cierto renombre como es el caso de la revista Saski-naski, publicación de una academia alternativa a Euskaltzaindia, Euskerazaintza, que discrepaba abiertamente con el euskara batua o unificado y defendía un modelo de unificación distinto.

CREACIÓN

-Euskera irrati bidez. Gipuzkoera. Método de euskera radiofónico. I curso. Donostia, Edili, 1965, 327 pp. [Lengua]

-Euskera irrati bidez. Gipuzkoera. Método de euskera radiofónico. II curso. Donostia, Edili, 1967, 207 pp. [Lengua]

-Eguberri abestiak. Donostia, Edili, 1970, 120 pp. [Cancionero]

Iztegi berezi. Donostia, Edili, 1970, 78 pp. [Diccionario]

– Euskera irrati bidez. Gipuzkeraz. I curso. Donostia, Edili, 1973, 59 pp. [Lengua]

– Solfeo asierak. Donostia, Edili, 1976, 24 pp. [Música] 100 euskal abesti. Donostia, Edili, 1989, 180 pp. [Cancionero]

Erriaren euskera batua. 1´go ikastaroa. Método de euskera unificado. Donostia, Edili, 1979, 278 pp. [Lengua]

Euskara I. Hendaia, Haize Garbia, 1978, 230 pp. [Lengua]

Neke ta poz. Erbesteratu baten oroitzapenak. Donostia, Edili, 1983, 304 pp. [M]  Neke ta poz. Recuerdos de un exiliado. Traducción de Jesús Iturrioz Ibarluzea. Donostia, Edili, 2000, 398 pp. [M]

TRADUCCIONES

– Esopo: Erbia ta apo armatua, Donostia, Edili, 1962, 10 pp.

– Hermanos Grimm: Ipotx triskaria, Donostia, Edili, 1962, 10 pp.

– Hermanos Grimm: Errauskiñe, Donostia, Edili, 1962, 10 pp.

– Andersen, C.: Aatetxo Itsusia. Donostia, Edili, 1964, 10 pp.

– Hermanos Grimm: Edurne Zuri ta zazpi ipotxak, Donostia, Edili, 1964, 10 pp.

ESTUDIOS

– Iturrioz Ibarluzea, Jesus: Yon Oñatibia Audela gogoratuz. Recordando a Yon (1911-1979). Oiartzun, Ayuntamiento, 2004, 398 pp.

– Kazabon, Antton: Yon Oñatibia (1911-1979). Vitoria-Gasteiz, Gobierno Vasco, colección Bidegileak, 2002, 20 pp. [JRZ]

Ormaetxea Pellejero, Nicolás

Fotografía de Nicolás Ormaetxea Pellejero
(Oreja, Gipuzkoa, 1888 – Añorga, 1961)

Estudios: Humanidades, Filosofía, Teología.
Profesión preferente: poeta, ensayista, traductor.
Actividades culturales: periodista.

Exilio: 1938-1954.
Lugares y fechas:
1º.- Francia: 1938-1950.
2º.- Guatemala: 1950.
3º.- El Salvador: 1950-1954.

Nicolás Ormaetxea, «Orixe», nació en el caserío «Iriarte» de Oreja (Guipúzcoa) el 6 de diciembre de 1988. Fueron hermanos trillizos (Dionisia, Martín y Nicolás) los que en un solo parto aumentaron la lista de otros cuatro hijos de Juan Bautista Ormaetxea y de Mª Ignacia Pellejero, «Mañazi». El niño Nicolás fue llevado al caserío «Errekalde» de Huici (Navarra) y puesto bajo el cuidado de su nodriza, Rosa Ariztimuño. Aquí pasó su infancia y adolescencia hasta los 17 años. En 1905 ingresó en el colegio jesuítico de Javier (Navarra). Estudió Humanidades, Filosofía y varios cursos de Teología con los jesuitas en los colegios de Javier (1905-1907, 1919-1920, y 1922-1923), Loyola (1907-1909), Colegio «La Merced» de Burgos (1909-1911), Oña (Burgos) (1911-1914), Comillas (Santander) (1914-1917), Carrión de los Condes (Palencia) (1917-1918), Tudela (Navarra) (1918-1919) y Oña (1920-1922).

En los primeros 35 años de su azarosa vida resaltan la ausencia del cariño materno (1988-1905), la larga estancia de 18 años transcurridos en la Compañía de Jesús y su expulsión de ella, tras los siete años «negros» sufridos en los distintos colegios y conventos jesuíticos (1914-1920).

En 1924 «Orixe» se traslada a Bilbao para colaborar con Resurrección Mª de Azkue (1864-1951) en las tareas de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca) permaneciendo en la capital vizcaína hasta 1931. En 1929, tras el fallecimiento del escritor de Mañaria (Vizcaya), Evaristo Bustintza, «Kirikiño» (1866-1929), «Orixe» se hace cargo de la página vasca «Euzkel Atala» del diario Euzkadi. Esta estancia le fue muy útil e interesante por el dominio adquirido en el dialecto vizcaíno; por la traducción al euskera de El Lazarillo de Tormes, Tormes’ko Itsu-mutilla (1929); por la traducción vasca de la obra Mireio (1930) del escritor provenzal Frédéric Mistral (1830-1914), Premio Nobel de Literatura en 1904; por la publicación de su libro Santa Kruz Apaiza (El cura Santa Cruz, 1929); y por los doce artículos publicados bajo el título «Euskal Literaturaren Atze edo Edesti Laburra» (Breve historia de la Literatura Vasca) en la revista Euskal Esnalea (1927).

En 1931, a instancias de sus amigos José Mª Aguirre, «Xabier de Lizardi» (1896-1933), Antonio Mª Labayen (1898-1993) y de varios miembros de la sociedad Euskaltzaleak como José de Ariztimuño, «Aitzol» (1896-1936), «Orixe» pasó a vivir a su pueblo natal donde pasó «los cinco años más deliciosos de mi vida» (1931-1936) escribiendo Euskaldunak (1950) y Barne Muinetan (En las médulas del interior).

El 18 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil española (1936-1939) y «Orixe» es detenido y conducido a la prisión de San Cristóbal de Pamplona donde permaneció seis meses. Tras su liberación en 1937 se aloja durante ese año en casa de una de sus hermanas en Tolosa, mudándose al año siguiente a Oreja. Al ser requerido nuevamente por las autoridades franquistas huye a Huici donde vive oculto temporalmente en una casa y en el bosque. Finalmente decide cruzar la frontera y se exilia en Francia (1938-1950). Se establece en San Juan de Luz (1938-1939) y en 1939 estalla la II Guerra Mundial (1939-1945). En 1940 es detenido por los nazis y por miembros del gobierno del mariscal Ph. Pétain (1856-1951) siendo conducido al campo de concentración de Gurs, cerca de Oloron, donde permanece cuatro meses. Una vez liberado vive en varias localidades de Iparralde y Francia: Saubion (1940-1943), Betharram (1943-1945), Bidarrai (1945-1946) y de nuevo en San Juan de Luz (1947-1950).

En la madurez de su vida, «Orixe» decide surcar el Océano Atlántico e irse a América. Gracias a los ingresos económicos (40.000 pts) que le reportó la traducción al euskera del misal de Lefèvre, Urte guziko Meza-Bezperak (1949), embarca en el puerto de Burdeos y tras hacer escala en Dakar, llega a Río de Janeiro, Bahía Blanca y Buenos Aires. En el pueblo argentino de Berraondo escribe dos de sus mejores poesías religiosas: «Berraondo’ko Meza» y «J.S. Bach’i Eleizan». Tras tres meses de descanso en tierras argentinas emprende un largo viaje rumbo a Guatemala donde le espera su amigo J. Zaitegi. Atraviesa el altiplano boliviano, conoce el lago Titicaca, La Paz, Arequipa (Perú) y viaja en avión a Guayaquil y Quito (Ecuador) donde visita a su hermana religiosa, Dionisia. Finalmente llega a Guatemala donde colabora durante seis meses con J. Zaitegi en la publicación de la nueva revista Euzko Gogoa (1950-1954 en Guatemala; 1956-1959 en Biarritz). Pero «Orixe» no era un hombre que había nacido para los menesteres burocráticos y administrativos ni para corregir pruebas y galeradas ajenas, por lo que contando una vez más con la ayuda de J. Zaitegi, se trasladó a Zaragoza (El Salvador) instalándose en la «Villa Miramar». Con sosiego y sin apremios económicos pudo gozar finalmente de una atmósfera idónea para su creación literaria y de un clima saludable para sus achaques físicos. En el largo período de casi cuatro años pudo escribir Quito-n arrebarekin (1987), Agustin gurenaren aitorkizunak (1956), Salmutegia (1967), Jesucristo Gure Jaunaren Berri Ona (1967) y unos treinta poemas religiosos.

Cumplidos los 66 años, «Orixe» decide volver a su tierra natal en noviembre de 1954, habiendo visitado por última vez en Guatemala a sus buenos amigos J. Zaitegi y Andima Ibinagabeitia (1906-1967). Llega enfermo y deambula en busca de un hogar donde establecerse: el monasterio benedictino de Lazkano (1955), la casa de una de sus hermanas en Tolosa (1956) y el pueblo de Oreja (1956-1958), hasta que su sobrino, recién ordenado sacerdote (1958), José Mª Aranalde se hace cargo de él llevándoselo a Arama (Guipúzcoa) y más tarde a Añorga (1959-1961). Falleció en este pueblo el 9 de agosto de 1961 tras una larga y penosa enfermedad. Fue enterrado primeramente en el cementerio donostiarra de Polloe y sus restos más tarde fueron inhumados en su pueblo natal.

El 22 de noviembre de 1959 ingresó como académico de número en Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca) en el pueblo navarro de Leiza, teniendo como padrino del acto al insigne lingüista Luis Michelena quien afirmó en euskera: «La Academia de la Lengua Vasca no honra a «Orixe» al nombrarle académico, sino que es él quien honra a esta institución con su ingreso en ella». En el ocaso de su vida logró ¡por fin! en 1960 el primer premio de poesía, «Olerti», en Amorebieta, y el premio «Lizardi» en Tolosa, después de fallecer.

El mencionado profesor de Rentería (profundo conocedor de la obra de «Orixe» y probablemente su mejor apologista pero también el crítico más objetivo) le describió como hombre auténtico en lucha consigo mismo en busca de Dios, verdadero vasco y vascófilo, fiel hijo del País Vasco, no sólo de palabra y con gritos estentóreos sino con su arduo trabajo cotidiano.

Entre sus notas más destacables se puede afirmar que fue un escritor polifacético en el campo de la cultura vasca en la que aparece como literato, traductor y pensador en diversos campos: religión, literatura, lexicografía, folclore, lingüística y filosofía. De esta forma, «Orixe» emergió como un buque escuela para muchos escritores vascos de su generación, como epicentro literario vasco, y como referencia ineludible antes y después de la Guerra Civil española. Como escritor aparece siempre como profundo conocedor de la literatura clásica, especialmente la latina, como fino poeta sobre todo en temas religiosos y renombrado prosista por la musicalidad que supo imprimir a la lengua vasca. Con respecto a ésta destaca el conocimiento que poseía de los diferentes dialectos de su lengua materna.

En el aspecto personal fue un hombre muy peculiar, bastante extraño para la convivencia por su carácter propenso a la polémica. El temperamento un tanto extraño y la formación religiosa que recibió pudieron influir en su talante conservador, tradicionalista e integrista.

OBRA

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Tormes’ko itsu-mutilla. Bilbo. Verdes-Atxirika. 1929.

Nicolás Ormaetxea «Orixe».Santa Kruz Apaiza. San Sebastián. Loyola’tar I. 1929.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Mireio. Bilbo. Verdes-Atxirika. 1930.

Nicolás Ormaetxea «Orixe».Barne-Muinetan. Zarauz. Itxaropena. 1934.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». «De mi vida externa» (1943), en (P. Iztueta) Orixe eta bere garaia IV. Donostia. Etor. 1991:175-183.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Leoikumea. Paris. Keller. 1948.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Urte guziko Meza-Bezperak. Tours. Garikoitz’tar Laguntzailleak. 1949.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Euskaldunak. Bilbo. La Gran Enciplopedia Vasca. 1950.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Agustiñ Gurenaren Aitorkizunak. Zarauz. Itxaropena. 1956.

Nicolás Ormaetxea «Orixe».Mamutxak. Bayonne. Ed. Euskal Herria. 1962.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Salmutegia. Donostia. Lazkao’ko Beneditarrak. 1967.

«Orixe» (J. Kerexeta y A. Zugasti). Itun Berria. Lazkao. Eliz Atarian. 1967.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Jainkoaren billa. Bilbo. El Mensajero. 1971.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Euskaldunak poema eta olerki guziak. Donostia. Auñamendi. 1972.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». «Benito Santuaren erregela», en (P. Iztueta) Itzulpenak, vol. II. Donostia. Etor. 1980: 755-889.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Quito-n arrebarekin. Zarautz. Euskal Edit. Elkartea. 1987.

Nicolás Ormaetxea «Orixe». Idazlan Guztiak (4 tomos). Donostia. Etor, 1991.

«Orixe» y Martín Oyarzabal. El Lenguaje Vasco. San Sebastián. Graf. Izarra. 1963.

BIBLIOGRAFÍA

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Aulestia, Gorka. «Orixe, escritor enamorado del euskera», en La cultura del exilio vasco, vol. I, Donostia, Ed. J.A. Ascunce, Donostia, 1994: 158-167.

Aulestia, Gorka. » ‘Orixe’: escritor controvertido», en Sancho El Sabio, nº 3, 1993: 93-114.

Aulestia, Gorka. «Un siglo de literatura vasca II», en Sancho El Sabio, nº 6, 1996: 24-29.

Azurmendi, José. Zer dugu Orixeren kontra? . Arantzazu. Jakin. 1976.

Azurmendi, José. Zer dugu Orixeren alde? . Arantzazu. Jakin. 1977.

Etxeberria, Guillermo. Orixe hautatua. Donostia. Hiria. 2002.

Iztueta, Paulo. «Quito-n arrebarekin» irakurriz. Donostia. Etor. 1988.

Kortazar, Jon. Literatura vasca. Siglo XX. Donostia. Etor. 1990: 85-94.

Labayen, Antonio M. Nikolas Ormaetxea «Orixe»’ren kondaira laburra. Bilbo. Sabino Arana Kultur Elkargoa. 1990.

Lekuona, Juan Mari. «Orixeren liturgi olerkiak», en Memoriae L. Mitxelena Magistri Sacrum. Donostia. «Julio de Urkixo» Euskal Filologi Mintegia. 1991: 1201-1215.

Michelena, Luis. Historia de la Literatura Vasca. Madrid. Minotauro. 1960: 148-151.

Mujika, Luis Mari. Historia de la Literatura Euskerika. San Sebastián. Ed. Haranburu. 1979: 379-390.

Mujika, Luis Mari. Orixeren aportazio literarioak. San Sebastián. EHU-UPV. 1990.

Villasante, Luis. Historia de la Literatura Vasca. Bilbao. Sendo. 1961: 417-422. AA.VV. Orixe. Omenaldi. Donostia. Graf. Izarra. 1965.

Otaola, Simón de

Fotografía de Simón de Otaola

OTAOLA, Simón de (1907-1980)

Escritor, nació en San Sebastián, en el 1 de mayo de 1907 y murió en la ciudad de México el 16 d   e abril de 1980. En San Sebastián vivió hasta los diez años cuando su familia se trasladó a Madrid, ciudad en la que cursó toda su educación, bachillerato y universidad. Su primer trabajo lo desempeñó en la Compañía Arrendataria de Monopolios de Petróleos S.A (CAMPSA), en la que fue dirigente sindical. Asimismo, se convirtió en un habitual de las tertulias literarias de la época, en las que era conocido simplemente como Otaola. Durante la guerra civil participó en la defensa del frente de Madrid y fue nombrado comisario político en la 123 Brigada de la 27 División en los frentes de Lérida y Aragón. Llegó a México en el barco Mexique el 27 de julio de 1939 y vivió en Guanajuato, Veracruz y México D.F. Se dedicó a muy diversos trabajos, entre ellos el de publicista de Películas Nacionales, y colaboró en revistas como Las Españas y Umbral. Fue uno de los fundadores de la “Tertulia Aquelarre”, a cuya sombra nació la aventura de la Editorial Aquelarre, que llegó a publicar cerca de cincuenta títulos, entre cuyos autores se encontraban, además del propio Otaola, José Ramón Arana, los Pina, Ramón de Belausteguigoitia, Manuel Andújar, etc. Fue un hombre vocacionalmente entregado a una literatura que se movía entre la nostalgia del pasado y el testimonio del presente. En sus obras se encuentran unidos las aspiraciones y la vida del propio autor con la existencia y los ensueños de los exiliados españoles, sin olvidar las gentes y las circunstancias sociales e históricas del México de la época. Por eso, su narrativa es una mezcla de testimonio y de evocación. Las novelas y los libros de Simón de Otaola muestran la vida del exilio republicano en México. A su primer libro, Unos hombres. Retratos (1950), una reunión de semblanzas, siguió su obra más celebrada, La librería de Arana (1952), una obra cronística que cuenta, con un tono festivo y humorístico, los avatares de los exiliados españoles en la ciudad de México y que se presentaba como el primer volumen de una trilogía con el título genérico de Historia y fantasía, al que debían de seguir los anunciados El buzón peregrino y Andanzas y confidencias de Hipólito Escamilla, que nunca se publicaron. Sus siguientes novelas, Los tordos en el pirul (1953), El lugar ése… (1957) y El cortejo (1963) mezclan de forma sistemática la vida cotidiana de México con la existencia diaria de los exiliados, ejes claves de todos sus escritos y centro modulador de sus sentimientos, que se mantienen en su último libro de memorias, Tiempo de recordar (1978). En el año 2000 se estrenó la película mexicana de Raúl Busteros, Otaola o la República del Exilio, inspirada en El cortejo, Los tordos en el pirul y Tiempo de recordar.

 

CREACIÓN

Unos hombres. Retratos. México D.F., Corzo (Aquelarre),            1950, 206 pp.             Prólogo de Juan Renau. [E].

La librería de Arana. Historia y fantasía. México D.F. Aquelarre, 1952, 466 pp. Ilustraciones de Renau, José de la Colina, López Cortés, Ras, Esplandín y del autor. Otra edición: Madrid, Imán, 1999, 370 pp. Prólogo de José de la Colina; nota previa de Juan Antonio Díaz. [N].

Los tordos en el pirul. México D.F., Aquelarre, 1953,350 pp. Otra edición: Andorra la Vella / Barcelona, Andorra (Biblioteca Valira, 8), 1970, 231 pp. Prólogo de José Ramón Marra-López. [N]

El lugar ése…México D.F., Los Presentes (Los Presentes, 60), 1957, 202 pp. [N].

El cortejo. México D.F., Joaquín Mortiz (Novelistas Contemporáneos), 1963, 368 pp. [N].

Tiempo de recordar. México D.F., Grijalbo (Best sellers), 1978, 378 pp. [N].

PRÓLOGOS

Albornoz y Salas, Álvaro: Los niños, las niñas y mi perra. México DF: Aquelarre, 1951, 309 pp.  [N].

Granados, Mariano, Nuevo retablo. México D.F., Intercontinental (Aquelarre), 1952, 94 pp. [E].

 

ESTUDIOS

Díaz Gutiérrez, Juan Antonio, “Otaola: feliz el río que pasando queda”, en AA.VV., Sesenta años después. Euskal Herbestearen Kultura. San Sebastián, Saturraran, 2000, pp. 467-488.

Díaz Gutiérrez, Juan Antonio, “Otaola: el hombre que vino de un silencio” en José Ángel Ascunce y María Luisa San Miguel (eds.), Los Hijos del Exilio Vasco: Arraigo o Desarraigo.. Donostia, Saturraran, 2004, pp. 491-509.

Garambellla, José Ramón, “Otaola: cronista de la emigración republicana”, en Memorias de España. México D.F., Comunidad CONACYT, 1980, pp. 112-113.

Godoy Gallardo, Eduardo, “La novela española del exilio republicano: el caso de El Cortejo de Simón Otaola”, en Luis Martínez Cuitiño y Elida Lois (eds.), Actas del III Congreso Argentino de Hispanistas “España en América y América en España”: Buenos Aires, Argentina, 19, 20, 21, 22 y 23 de mayo de 1992.  Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas Dr. Amado Alonso, 1993, vol. 2, pp. 578-586.

Rodríguez Plaza, Joaquina, “Simón de Otaola”, en La novela del exilio español. México D. F., Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, 1986, pp. 128-132.

 

[JAA / JRLG]

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