Erbesteko aldizkariak
Sail honetan euskal erbesteratuek argitaratutako aldizkariei buruzko informazioak bildu nahi ditugu, ideologien edo edukien gainetik.
BASQUES,
Basques. Bulletin of the Basque Delegation in the USA, revista
En marzo de 1943 aparece el primer número de esta importante publicación promovida por la recien creada Delegación Vasca en Nueva York. Editada integramente en inglés, traducida del castellano por el matrimonio Navascues, participan en ella de manera directa además del propio Luis Navascues destacados exiliados nacionalistas como Manu de la Sota*, quien figuraba como director y autor de los editoriales, Anton de Irala, Jon Bilbao* y el propio lehendakari José Antonio Aguirre* quien escribió muchos de los artículos allí publicados.
Se trataba de una publicación cuidadosamente editada, cuyos artículos generalmente aparecían sin firma para subrayar su carácter institucional, en los cuales se daban a conocer las líneas maestras de la estrategia del Gobierno Vasco en América. A lo largo de los seis números que aparecieron hasta agosto de 1944 se trataron en sus páginas temas tan diversos como la denuncia de las actuaciones de los paises nazi-fascistas en Iberoamérica, la defensa de la incipiente democraciacristiana, la defensa del régimen republicano, la denuncia de los crímenes franquistas, la defensa del clero vasco, el derecho vasco… En palabras del escritor Koldo San Sebastián se trataba de “una publicación de altísimo nivel” (58), con contenidos muy trabajados y especializados.
Con un formato de revista, el boletín fue aumentando progresivamente en sus contenidos, paginación y material gráfico aunque éste nunca llego a ser especialmente llamativo. De las iniciales ocho páginas, en julio el número tres pasaba ya a doce, veintidós en el número cinco. Respecto a su periodicidad, en un principio Basques pretendía ser mensual pero las grandes dificultades económicas a las que se vio enfrentada la Delegación Vasca, motivó el que en dieciocho meses apenas publicasen seis números.
Respecto a la repercusión que tuvo la revista ésta debió ser importante a pesar de los limitados medios al alcance de las Delegación para su difusión. Distintos medios de comunicación norteamericanos se hicieron eco de algunos de sus textos, es el caso de The Register de Denver; en otras ocasiones la polémica acompañó a la publicación como cuando Basques fue atacada por la revista Católica de los jesuitas de El Paso (Texas). Otros textos fueron recogidos en la prensa nacionalista de todo el continente e, incluso, en algún caso, editados como folleto; fue el caso de La democracia vasca de Manu de la Sota, editada por la Delegación Vasca de Chile y distribuido por todo el mundo. En este sentido, Basques constituye un importante documento en el que es posible analizar la evolución del pensamiento nacionalista una vez perdida la guerra civil; de alguna manera en estas páginas aparece diseñada la estrategia política que desarrollaría Aguirre durante toda la posguerra, uno de cuyos puntales era el impulso a la democraciacristiana.
En el año 2007 el Gobierno Vasco ha reeditado en DVD la colección completa de Basques.
BIBLIOGRAFÍA
-Basques. Bulletin of the Basque Delegation in the USA. Reprodución digital completa en: IRIGOYEN, Alberto y Adriana PATRÓN: Hemeroteca de las diáspora vasca 01. Urazandi Digital, volumen 5, DVD nº7. Gobierno Vasco. Gasteiz, 2007.
-“Escritos de José Antonio de Aguirre en Nueva York, en la revista Basques”, conjunto de artículos traducidos al inglés por la Sra. de Navascués y recopilados por Jon Bilbao, recogidos en Jose Antonio AGUIRRE: Obras Completas, tomo II. Martin de Ugalde (compilador). Editorial Sendoa. Donostia, 1981. Pp.487-543.
-SAN SEBASTIÁN, Koldo: The Basque Archives. Vascos en Estados Unidos (1939-1943). Donostia, Editorial Txertoa, 1991.
José Ramón ZABALA</p>
BATASUNA,
Batasuna, revista
Bajo el lema de Revista de Divulgación Vasca, con una periodicidad variable que pasó de menusal a bimensual, se publicón en Santiago de Chile esta importante publicación cultural vasca. Dirigida por Bernardo Estornés Lasa, trató de hacer honor a su nombre, “unidad” en lengua vasca, recogiendo en sus páginas colaboradores y escritos de las más diversas ideologías, aunque con un claro predominio de la óptica nacionalista y de defensa del Gobierno Vasco en el exilio; así, en lacabecera de la publicación se recoge la silueta del conjunto de Euskal Herria, como es sabido concepto cultural que desde el siglo XVI define a todos los terriorios de habla vasca, junto con el escudo de cada uno de ellos.
El primer número de la revista apareción en diciembre de 1941 y hay que reconocer que la cabecera no tuvo una larga existencia: apenas cinco números, agrupados en tres revistas ya que el dos y tres y el cuatro y cinco aparecieron en una única revista respectivamente; el último de los números, el 4-5, apareció en abril de 1942. Los contenidos de la revista reflejacan claramente los intereses y precocupaciones de su director y alma mater. Muchos de los temas que aparecen esbozados en estas páginas, posteriormente serán desarrollados por este inquieto intelectual navarro. A modo de ejemplo podemos mencionar la sección “Breve diccionario enciclopédico vasco” que ya anuncia la que sería una de las más ambicionas tareas que desarrollaría Bernardo Estornés: la elaboración de una gran enciclopedia vasca. En la misma línea, en estas páginas encontraremos temáticas tan diversas como la litetatura, la música, la creación, la geografía, el derecho, la historia…
En lo que se refiere a colaboradores, la nómina es impresionante: Manu de la Sota, Jesús de Galíndez*, José Antonio Aguirre*, Resurrección María de Azcue, Jesús María de Leizaola*, Manuel de Irujo*, Alfonso Reyes, Jesús de Zabala, Justo de Mokoroa, Orixe*, Pierre Lhande… Con todo la firma más habitual, a menudo oculta bajo diversos seudónimos, es la del director de la revista y la de su hermano Mariano Estornés*.
La revista, con cerca de cien páginas, se dividía en numerosos bloques temáticos. Así, en el primer número, después de varios textos de contenido político, encontramos las siguientes secciones: Naturaleza, Individualidad, Cultura Social, Cultura Artística, Colectividad, Sobrenaturaleza, Noticiario Mensual, Cables cruzados y, finalmente, Breve Diccionario Enciclopédico Vasco. En cada uno de estos bloques podía haber un único texto o varios en función de las colaboraciones o del interés de la temática. No obstante hay que señalar no todas estas secciones se repiten en todos los números ya que en concreto las tres úlitmas tienen un carácter más aleatorio. Como se puede observar, la naturaleza de las distintas secciones nos muestra claramente la tendencia organizadora de Bernardo Estornés quien estructura el conocimiento desde el estudio del entorno exterior, al individuo, la cultura y el grupo hasta las concepciones de tipo religioso.
Respecto al diseño de la publicación hay que destacar que ésta era muy austera, con muy escasas ilustraciones. La explicación de este hecho hay que buscarla en la carencia de medios materiales y de fuentes de información con la que los hermanos Estornés enfrentaron la tarea de la revista, carencia que se evidencia en la total ausencia de publicidad. Hay que destacar además que la desaparición de Batasuna trajo consigo una nueva revista, de carácter más marcadamente político y alineado con el Partido Nacionalista Vasco, Euzkadi*, cuyo primer número apareció en 1943, publicándose hasta 1949.
La consulta de esta publicación no era demasiado sencilla hasta ahora ya que son muy pocos los ejemplares conservados. Afortunadamente, en 2007 el Gobierno Vasco ha procedido a la publicación en DVD de los cinco números de la revista.
José Ramón Zabala
-Batasuna. Reprodución digital en: IRIGOYEN, Alberto y Adriana PATRÓN: Hemeroteca de las diáspora vasca 01. Urazandi Digital, volumen 4, DVD nº5. Gobierno Vasco. Gasteiz, 2007.
-ZABALA AGIRRE, José Ramón: “Los hermanos Estornés lasa: cimientos para una nueva cultura vasca” en José Angel ASCUNCE y María Luisa SAN MIGUEL: Los hijos del exilio vasco: arraigo o desarraigo. Colección Actas. Editorial Saturrarán, Donostia, 2004. Pp.381-400.
BOLETÍN DEL INSTITUTO AMERICANO DE ESTUDIOS VASCOS,
Al amparo del llamado Instituto Americano de Estudios Vascos, surge en Buenos Aires, en 1950, una publicación de gran importancia en el desarrollo cultural vasco de posguerra, tanto por su larga existencia, cuarenta y tres años, como por la calidad de sus colaboradores. El germen de este proyecto fue una propuesta realizada por Andrés de Irujo de crear una institución que velase por el estudio de la historia y de la cultura del País Vasco. Esta propuesta complementaba su otra gran iniciativa, la de la Editorial Vasca Ekin. Como resultado de la propuesta, el 20 de julio de 1943, en plena guerra mundial y en un país adepto a los nazis, se daba a conocer el nuevo Instituto, en el cual se confundían los nombres de los exiliados con los de importantes personalidades argentinas de ascendencia vasca.
Andrés no descansaba. El 20 de Julio de 1943, en Buenos Aires “captadora vigilante de las nobles inquietudes europeas entre las que se cuentan las del pue¬blo euskaro en torno a su propia historia y lengua” nació el Instituto Americano de Estudios Vascos, la otra gran labor que le debemos porque aunque hubo mucha gente implicada en la tarea, el empeño y el seguimiento fueron íntegramente de Andrés. Los firmantes eran los siguientes: Enrique de Gandía, Justo Gárate, Andrés María Irujo, Elpidio Lasarte, Gabino Garriga, Bonifacio de Ataun, Miguel de Alzo, Francisco Madina, Isaac López Mendizabal, Félix Liozaga, Leo Goiti, Pedro de Basaldúa, Eulogio Ayanz, Ildefonso Gurruchaga, Carlos Cucullu. Posteriormente otros nombres se inluirían en la nómina del Instituto: Nicolás Esandi, Santiago Cunchillos, Pedro Echeverría, Rómulo Zabala, Francisco Basterrechea, Vicente Amezaga y Juan León Cruzalegui. Para el logro de sus objetivos la nueva institución monstraba su disposición a la organización de conferencias, jornadas, congresos de estudios, edición de obras y toda clase de publicaciones. En agosto de ese mismo año se aprueban los estatutos de la nueva entidad, redactados por Gandía, Ayanz, Irujo y Lasarte, y se nombra como Presidente a Nicolás Esandi, obispo de Viedma; a su muerte, en 1948, le sucedería Antonio Sagarna. En general, es muy llamativa la presencia de personalidades del mundo religioso tanto en el Instituto como en su posterior Boletín. Las Vicepresidencias recaerían en Elpidio Lasarte y Justo Gárate, mientras Andrés Irujo se hacía cargo de la Secretaría de Actas. Los socios fundadores ascendían a 22 y el Instituto debía constar por disposición estatutaria de 42 miembros numerarios, vitalicios, con voz y voto. Por este motivo se eligieron nuevos miembros: Juan José Guaresti, Juan José Espene (presidente del Centro Vasco-Francés), José Urbano Aguirre, Esteban Ochoa (presidente del Centro Vasco. Argentino “Gure Etxea”), Salvador Oria, Guillermo Leguizamon, Antonio Sagarna, Michel Iriart, Saturnio Zamborain, Adolfo Bioy, Diego Joaquín Ibarbia, Noel Iribas, Pedro Mendiondo, José María Sarobe, Félix E. Etchegoyen, Ramón Mendizabal, José Guisasola, Carlos Alberto Erro, Antonio Lascurain, e Isidoro Fagoaga.
La iniciativa del Boletín fue una de las primeras en plantearse. Sin embargo, su puesta en marcha debió retrasarse en varias ocasiones como consecuencia de la penuria impuesta por la situación internacional, el escaso presupuesto con que contaba la nueva entidad y la carestía de la impresión. De hecho, el Boletín con su aparición permitió dar salida a numerosos trabajos de las distintas comisiones del instituto que hubieran debido editarse en formato de libro. Es más, alrededor de una veintena de publicaciones de la Editorial Ekin vieron previamente la luz en las páginas del Boletín.
El primer número del Boletín muestra como fecha la de abril-junio de 1950. Su formato será siempre el mismo hasta su desaparición en 1993, 26×20, formato de libro de bolsillo. Era un tamaño manejable que facilitaría su difusión clandestina y por correo Respecto al número de páginas, en los primeros años serán 64, 48 a partir de 1957. La portada siempre fue igual, una portada espartana que simplemente recogía el nombre de la publicación y un grabado de un dios indio y un árbol de seis ramas con la inscripción “Gurea berritzen” (Renovando lo nuestro). En el interior, en la primera página, el lema del Instituto: “Ustea ez da jakitea” (Creer no es saber), una auténtica declaración de principios. La aparición de la revista era trimestral, con una tirada de quinientos ejemplares, distribuidos en Argentina y el País Vasco a ambos lados de la frontera.
El Boletín conocería tres directores, el primero de ellos el sacerdote Gabino Garriga, centrado sobre todo en la recopilación bibliográfica. En 1964 le sustituyó el también sacerdote Bonifacio de Ataun. Finalmente la dirección va a recaer en Andrés Irujo quien había sido siempre el auténtico impulsor en la sombra de la publicación. La administración era la misma de la Editorial Ekin en la calle Perú 175, oficina 11, Buenos Aires.
El contenido del Boletín se organizaba siempre de manera similar. Una presentación o editorial sin firma que, normalmente hacía hincapié en alguna efeméride, y a continuación los trabajos de los colaboradores de la publicación. Nombres como el lehendakari José Antonio Agirre, Jesús de Galíndez, Pedro de Basaldúa, Isidoro de Fagoaga, Justo Gárate, Isaac López de Mendizabal, A. Laskurain, Gabino Garriga, Eneko Mitxelena, Iñaki Azpiazu, Idefonso Gurruchaga, Claudio Sánchez Albornoz, Michel lriart, Jokin Gamboa Eugene Goyeneche, Enrique de Gandía, José Miguel Barandiaran, Julio Colombises, Víctor Ruiz Añibarro Juan José Guaresti, Cecilia García de Gilarte, Miguel Pelay Orozco, José María Satrustegui, Francisco de Abisqueta William A. Douglas, María Elena Etchverry, Roslyn McFrank, Vicente Amezaga, Arantzazu Amezaga, Pello y Manuel Irujo Ollo, entre otros muchos. Después de las colaboraciones que si eran extensas se publicaban en partes, el Boletín mantenía su sección de “Libros y Revistas” donde se reseñaban obras de actualidad publicadas en Euskadi, todas las de Ekin, y sumarios de las revistas de cultura vasca; a continuación se recogía el apartado de “Informaciones” con las actividades de los Centros Vascos, de la Academia de Lengua Vasca-Euskaltzaindia y de las conferencias relacionadas con el País Vasco que se impartían tanto en Argentina como en otros países. que se dan sean en Argentina como en Venezuela o en México o en Euskadi. Finalmente, el “Inventario Bibliográfico Vasco (1892-1950)” cerraba la revista; se trataba de una, ambiciosa obra de archivo bibliográ¬fico que inició Gabino Garriga y que, más tarde, continuó Andrés Irujo. Al final de cada año, en el último número, se presentaba un “Índice” de temas y autores recogidos en el Boletín. Hay que mencionar también que, con el tiempo, hubo de incluirse una página necrológica en la contraportada de la revista para dar cuenta del fallecimiento de personalidades ligadas a la iniciativa. Esta sección la escribía también Andrés Irujo.
Respecto a la financiación de la revista, ésta fue siempre deficitaria. La escasa publicidad no permitía sufragar los numerosos gastos de publicación y, sobre todo, de distribución que generaba ésta. En los momentos en los que la Editorial Ekin logró algunos beneficios, permitieron una situación más desahogada para el Boletín. Por lo demás eran los ingresos de las suscripciones y las aportaciones de la colonia vasca las que permitieron que el Boletín siguiera adelante hasta que la enfermedad de su principal impulsor, Andrés Irujo, obligará a acabar con el proyecto en 1993.
Esta publicación no ha sido reeditada pero se conservan varias colecciones completas en las principales bibliotecas vascas.
José Ramón Zabala
ESTUDIOS
-AMÉZAGA IRIBARREN, Arantzazu: “Andrés Irujo Ollo. El documentalista vasco del exilio” en VV.AA.: Sesenta años despues. Euskal Erbestearen Kutura, tomo II, Editorial Saturrarán, Donostia, 1999, pp.259-284.
-ZABALA, José Ramón: “Aproximación a la hemerografía del exilio vasco” en VVAA: La Cultura del Exilio Vasco II. Donostia, Editorial José Angel Ascunce, 1994, pp.90-93.